El expolio de patrimonio histórico submarino está penado con prisión de seis meses a tres años y con multas de entre 150.000 y 600.000 euros. Sin embargo, algunos expoliadores no se esconden y venden piezas arqueológicas por Internet.

Antes de irnos, recibimos un mensaje de una tienda con la que contactamos por Internet. En este vídeo, puedes ver la reacción de una vendedora al descubrir que somos periodistas. "Yo no soy tonta. Sabía que las preguntas que me hicisteis no las hace un coleccionista, porque él conoce perfectamente la ilegalidad", expresa la mujer, quien asegura que no tiene "ni un pelo de tonta".