Josele: “No te dejo echar una mano. Tú ni tocarla”
En el segundo día, se enfrenta a una mudanza muy delicada en la que tienen que trasladar antigüedades de incalculable valor. Jesús Rodríguez trabaja junto Josele, el empleado más veterano del Grupo Amygo. El jefe infiltrado hace de mozo en una casa palacio donde el más mínimo error les costará muy caro. Debido a la delicadeza de una de las reliquias del cura, Josele no deja que Jesús eche una mano, prefiere no correr riesgos. Al jefe le molesta que haya rechazado su ayuda.
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