La crisis del coronavirus ha dado un vuelco a nuestras vidas, pero ¿cómo seremos cuando salgamos del confinamiento? ¿Se prolongarán en el tiempo los gestos de solidaridad que estamos viendo estos días? El Gran Wyoming ha planteado estas y otras cuestiones a la filósofa Adela Cortina.

¿Debe aportarnos esta dramática situación algún tipo de transformación personal? "Nos tiene que. Si no, estamos perdidos", sostiene la también catedrática de Ética en El Intermedio.

"Con todo el sufrimiento que está habiendo y todo el sufrimiento que va a haber, con toda la pérdida de vidas humanas, de familiares que la gente no está pudiendo siquiera despedir... en una situación catastrófica si por lo menos no aprendemos algo, la verdad es que no tenemos arreglo", añade.

No obstante, Cortina no tiene "demasiada confianza" al respecto. "En la crisis pasada también hicimos muchas reflexiones y no se ha aprendido nada - lamenta -. A ver si de esta aprendemos algo".

¿Perdurará entonces el espíritu solidario frente al egoísmo o será algo pasajero? "Me temo que lo segundo", reflexiona Cortina. "Me temo que estos son brotes que están bien pero no sé si van a durar. Lo dudo mucho porque para que esto dure hay que darse cuenta de que las personas con las que uno se solidariza son personas que tienen algo que ver con uno, que no son enemigos, que no son adversarios", indica.

"Los extranjeros no molestan, los que molestan son los extranjeros pobres"

Cortina, recuerda Wyoming, fue la primera en utilizar el término 'aporofobia' para referirse al odio hacia los pobres. La filósofa, firme defensora de "poner nombre a los fenómenos", explica que esta expresión engloba una realidad que otros términos, como 'xenofobia', no recogen. "Los extranjeros no molestan, los que molestan son los extranjeros pobres", sentencia.

La aporofobia, explica, "no es solo un odio al pobre económico, sino a cualquiera que en una situación parece que no tiene nada interesante que dar a cambio". "En nuestra sociedad contractualista, el que no tiene nada que parezca interesante para intercambiar es el 'pobre' en el sentido más duro de la palabra y es el que se queda siempre fuera", añade.

¿Estamos aún a tiempo para remediar que las clases más desfavorecidas siempre paguen las consecuencias de las crisis, como en la que estamos inmersos? "Por supuesto que estamos a tiempo", mantiene Adela Cortina, que sostiene que ya existe "una forma político-económica-ética" que debe perseguir precisamente "la eliminación de la pobreza y reducción de las desigualdades": el Estado social y democrático de derecho. "Eso está inventado, lo que pasa es que es muy difícil llevarlo adelante", apunta.

"Los políticos no tienen que ser los protagonistas de la vida pública, el protagonista debería ser el pueblo"

¿Y qué pasa con los políticos? Cortina sostiene que "de esta crisis hay que aprender que hay que invertir los recursos públicos en cuestiones verdaderamente valiosas". "Hubiera estado muy bien invertir más en sanidad, hubiera estado muy bien invertir más en investigación, en inteligencia artificial para que la gente tenga trabajo", señala.

Los políticos, opina, "deberían de invertir las energías y el dinero en este tipo de cuestiones que son básicas, y no tanto en todas estas disensiones que se llevan entre sí". "No tienen que ser en absoluto los protagonistas de la vida pública: 'democracia' quiere decir 'gobierno del pueblo', y el protagonista debería ser el pueblo", concluye.

Otros momentos destacados

Precisamente, el Gran Wyoming ha dirigido en El Intermedio un mensaje a los políticos, en particular a la raíz de las duras críticas de la oposición a la gestión del Gobierno de la crisis sanitaria: "La única forma de salir de aquí es remar juntos en la misma dirección", ha mantenido, poniendo como ejemplo a Portugal.

Wyoming también ha hecho una reflexión sobre la pobreza, otro de los temas que ha tratado en la entrevista con Cortina "Enfermedad y pobreza. Nos suena a algo remoto que ocurría a miles de kilómetros pero ahora, está ocurriendo en nuestras casas", ha indicado, para "dar un poco de perspectiva".