Como indica Guillermo Fesser, lo más llamativo de la victoria de Trump en New Hampshire es que es uno de los estados gobernado por republicanos más liberales. "Encima, es un estado donde permiten que en las primarias republicanas, si eres independiente también puedas votar", añade Fesser. "La victoria de Trump es sorprendente porque debería haber salido el candidato más liberal que es Nikki Haley. A esto se suma que, el que gana en Iowa, muy conservador, no suele ganar en New Hampshire, más liberal, ni viceversa, y Trump "ha barrido en ambos estados".

A pesar de ello, el corresponsal pone hincapié en que esta victoria no debe llevarnos a pensar que la carrera de Trump hacia la Casa Blanca está ganada. "No estamos hablando de elecciones generales, estamos hablando de elegir a un candidato de uno de los partidos", expone. "Si sale Trump elegido, que tiene toda la pinta de que sea el candidato, tampoco eso significa, a día de hoy, que todos los votantes republicanos le vayan a apoyar".

Según indican las encuestas, si Trump resultase condenado en alguna de las causas que tiene pendientes, "un tercio de los votantes republicanos han dicho que le negarían su voto", expone Fesser. Esto muestra, además, algo inédito: "Que un ciudadano estadounidense con 91 cargos judiciales pendientes siga siendo uno de los principales candidatos de EEUU, un hecho sin precedentes".

Esto puede explicarse debido a que Trump se ha hecho con el aparato del Estado, lo ha convertido en una secta. "Los dirigentes del partido saben quien es Trump pero no les importa, la realidad es irrelevante", argumenta Fesser. En cuanto a la gente de la calle, el periodista explica que solo votan en las primarias los más activistas, es decir, los que quieren que salga Trump como sea, y, por otro lado, "también los que no quieren que salga".