El juzgado de violencia de género ha rechazado investigar la muerte asistida de María José Carrasco, una noticia que Ángel Hernández recibe con cierta "normalidad": "¿Cómo voy a ser yo un violento machista?, si además están las pruebas de que no ha habido violencia", argumenta.

Hernández se muestra así feliz por la decisión de la jueza: "A María José le hubiese encantado que esto no hubiese ocurrido. Ella sabía muchas cosas de Derecho y sabía que me iban a acusar, pero no quería que fuese por violencia de género". Además, ha defendido que el juzgado "es una institución que hay que respetar, donde se juzga la violencia machista y es importante para las mujeres. No pueden ensuciarla con mi caso".

Estas tres semanas han sido bastante aceleradas para él por el ajetreo mediático que causó su historia, pero asegura que poco apoco va recuperando la normalidad y la vida que tenía. Y concretamente esta semana, confiesa que ha visto los dos debates electorales de los candidatos a la presidencia del Gobierno.

Hernández entiende que es lógico que en estos debates se haya hablado de su caso "porque está a la orden del día", pero mantiene que se tendría que haber desarrollado mucho más: "Tendrían que haber hablado de qué es lo que va a ocurrir con el Artículo 143 del Código Penal que habla de las penas que imponen a las personas que auxilian a otras para ayudarlas a morir".

Además, ha señalado que la no legalización de la eutanasia es "un problema de dolor y sufrimiento que está en todos los partidos", por lo que aprobar una ley es "muy importante" para la gente. Y ha explicado que es un tema que se lleva desde la clandestinidad: "Se suicidan clandestinamente y es como si este problema no existiese".