Los Sanfermines de 2016 no serían recordados por los encierros ni los festejos, sino por la salvaje violación a una joven de 18 años por parte de cinco individuos que se hacían llamar 'La Manada'. Teresa Hermida, abogada de la víctima, recuerda el momento en que la conoció: "Me empezó a contar la historia y no pudo", rememora. "No se plantea en ningún momento no denunciar", apunta no obstante la letrada, que explica que lo hizo "incluso en contra de la opinión de muchos familiares".

El proceso judicial y revivir lo ocurrido fue durísimo para ella: "Precisó de ayuda psicológica para poder afrontar todo", explica Hermida, que señala que su clienta "se negó a visionar algunas de las imágenes de los vídeos" grabados por sus agresores. Además, la defensa de los violadores llegó a ponerle un detective privado y se filtraron sus datos: "La gente no duda en revictimizar otra vez a la víctima y ella se siente así, revictimizada, una y otra vez", relata la letrada, que rememora cómo, tras la primera sentencia -por abuso sexual en vez de agresión- "ella se hunde, porque considera que no la están creyendo".

"No se encontraba reconfortada, ni siquiera jurídicamente", explica la abogada, que recuerda cómo reaccionó la joven tras conocer la sentencia del Supremo que finalmente condenó a 'La Manda' por agresión sexual: "Se emocionó y dijo: 'Por fin, por fin me han creído'".