Los felinos cazan durante la noche. Es su naturaleza y, como félidos que son, es la de nuestros gatos. Quien comparte su vida con un compañero felino puede observar cada noche como éstos recuperan su lado más salvaje al caer llegar la noche.

Los maullidos nocturnos no solo pueden ser desesperantes, sino que pueden estar ocultando una patología de nuestro gato. En muchos casos se atribuyen erróneamente a problemas de comportamiento, pero en muchas ocasiones pueden tratarse de enfermedades físicas como el hipertiroidismo, la hipertensión o la disfunción cognitiva.

En el caso de este capítulo, la veterinaria experta en medicina felina Ana Anglada recibe en consulta a Jess y su gato Momo, que maúlla constantemente, no solo durante la noche, también a lo largo del día. Por ese motivo, se le realiza una toma de la tensión arterial, un fondo de ojos para detectar lesiones por hipertensión y una extracción sanguínea para realizar un control de la tiroides.