El robo de decenas de botellas de vino valoradas en 1.648.500 euros en la bodega del restaurante Atrio de Cáceres en octubre de 2021 podría ser, según los expertos, por encargo. De ser así, el silencio de los ladrones es clave para evitar que se descubra quién está detrás.

"Saben que en unos años estarán fuera de la cárcel y querrán dedicarse a lo mismo. Si traicionan a un cliente, se acabaron los clientes. También podría ser que hubiera miedo y que el silencio asegurara un futuro de seguridad personal, o incluso una recompensa económica", analiza Francisco Marco, detective privado.

Constantin Gabriel Dumitru, que robó las botellas junto con su pareja, Priscila Lara Guevara, manifiesta a la Policía, según relatan un inspector de la Unidad de delincuencia especializada y violenta, UDEV, que al no revelar el paradero de las mismas cuenta con "una especie de plan de pensiones, algo que vale mucho dinero, que puede vender el día que lo necesite y obtener un importante montante".

"Pagaría el rescate por esa botella. Si me dijesen que la puedo encontrar y pagar dinero, pondría casi todo lo que tengo para regalársela. Se lo han ganado tanto a base de años y tienen tanta pasión... es una gente que ha hecho tantas cosas bien, con tanto cariño y ternura que merecen que esa botella aparezca y pueda estar en su casa. No sé si es legal, pero yo la compraría", indica el experto en vinos y asesor de Atrio Paco Berciano.

Los investigadores consideran que los ladrones habrían vendido la mitad de lo robado. ¿Saldrán estas botellas de su escondite para volver a casa, o permanecerán escondidas para siempre?