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Álvaro Lobato, un vecino de León que ayudó a apagar incendios: "Nunca estuve tan cansado, sentía que me daba un infarto"
Vecino y voluntario, el lunes el fuego le llegó a la puerta. Perdió más de 100.000 euros, pero le duele más el trabajo de años… y el abandono que sintió tras pasar la noche luchando contra las llamas, sin recibir respuesta al pedido de ayuda.

Arturo Lobato vive en León. El lunes, el fuego le llegó a la puerta. Arrasó su finca. Rozó su coche. Quemó más de 100.000 euros en inversiones agrícolas. Lo que más duele, dice, no es el dinero: es el trabajo de años, el cuidado de cada parcela. Eso no se devuelve.
En Felechares de la Valdería, tenía gran parte de sus inversiones agrícolas y de su empresa. Las pérdidas, calcula, superan los 100.000 euros. "Eso nadie me lo va a devolver de manera íntegra. El trabajo, el acondicionamiento de mis parcelas… eso no se puede devolver", lamenta.
Tras lo ocurrido, sabe que tendrá que buscar otros territorios para continuar con su actividad. "No quiero que me ayude nadie, yo quiero vivir de mi trabajo".
En estos días no ha tenido tiempo ni de llorar. Cuando vio las llamas, se convirtió en voluntario. Corrió. Apagó. Se jugó la vida. "Hemos corrido mucho peligro; en algún momento sentí que no la contábamos", confiesa.
Pasó una noche entera intentando frenar el incendio, esperando que amaneciera para que la situación mejorara. "No hemos dormido nada; hemos estado trabajando de manera incansable", dice. Entre lágrimas, añade: "En mi vida he estado tan cansado. Sentía que me estaba dando un infarto, no sabía lo que me estaba pasando en el cuerpo".
Lo que más le duele es la sensación de abandono: "Estábamos muy orgullosos de tenerlo controlado. Habíamos mantenido una línea de tres kilómetros toda la noche. Si hubiéramos tenido un medio terrestre o un helicóptero, solo con eso… Estábamos con un agente medioambiental de la Junta de Castilla y León trabajando voluntariamente en su día de descanso y coordinando con los medios. Le pidió una descarga y ni siquiera nos respondieron. Eso nos dolió mucho. Nos sentimos abandonados".