El Ayuntamiento de Ponferrada rinde homenaje a Nevenka Fernández, exconcejala de la ciudad, por su valentía a la hora de denunciar el acoso sexual en política y en las instituciones públicas. Ella fue una de las mujeres pioneras en la lucha contra el acoso sexual al denunciar al entonces alcalde del PP Ismael Álvarez.

Más de 22 años después, su ciudad reconoce su lucha con una placa metálica ubicada en la rotonda de la Avenida del Castillo. Pero por aquel entonces, prácticamente nadie se lo puso fácil: mientras ella tuvo que exiliarse, sufriendo el desprecio de sus compañeros y de una parte de la ciudad, él fue arropado por sus vecinos.

El actual alcalde de Ponferrada, Olegario Ramón, asegura que Nevenka merece, sin duda, este reconocimiento y agradecimiento, porque "aunque fuera en un gesto de supervivencia, con su gesto [su denuncia] produjo un avance importantísimo en los derechos de las mujeres".

Así, ha lamentado el sufrimiento que la exconcejala pasó y el "casi escarnio" que sufrió por parte de su partido entonces. "La Ponferrada de hoy no es la del año 2000. A ella y a todas las Nevenkas, quiero trasladar el agradecimiento por la valentía y el reconocimiento, porque su gesto supone un principio en el avance de derechos", ha destacado.

Fotografía del monumento en honor a la exconcejala Nevenka Fernández en Ponferrada.

¿Qué sucedió en el 'caso Nevenka'?

Nevenka Fernández tenía 26 años y era concejal de Hacienda de Ponferrada cuando en 2000 denunció haber sufrido acoso sexual por parte del entonces alcalde, Ismael Álvarez. Ella lo relató como un "infierno" que comenzó cuando ella decidió poner fin a la relación sentimental que mantenían. Él no aceptaba la ruptura y se dedicó a acosarla.

Casi un año después de la denuncia pública, el alcalde de Ponferrada se sentaba en el banquillo acusado de acoso sexual continuado, de coacciones y de lesiones. Afirmaba que no había hecho "absolutamente nada" y que no iba a dimitir.

El juicio fue muy duro para ella. El tono del interrogatorio del fiscal fue considerado acoso procesal, y durante el proceso se puso en duda el testimonio de Nevenka.

Ismael Álvarez fue condenado a pagar una multa de 6.480 euros y una indemnización a Nevenka Fernández de 12.000 euros. Fue el primer político español condenado por un delito de acoso sexual.