Nevenka Fernández, concejal de Hacienda de Ponferrada explicó que en enero de 2000 que terminó la relación sentimental que mantenía con el alcalde por no tener claros sus sentimientos. A partir de ahí, empieza para la joven lo que denomina como un "infierno".

La concejal denunciaba haber sufrido acoso sexual por parte del alcalde que no aceptaba que la relación sentimental que habían tenido hubiera terminado. Su negativa provocó "su acoso".

Juan José Millas, autor de un libro sobre el caso "Sociedad machista y también la justicia" asegura que todo el mundo aconsejaba a Nevnka que no "se metiera en esa historia, que no denunciara...". "Se quedó sola". "La gente la veía como que era una mujer que había llevado a la perdición a un hombre", asegura.

Casi un año después de la denuncia pública, el alcalde de Ponferrada se sentaba en el banquillo acusado de acoso sexual continuado, de coacciones y de lesiones. "No voy a dimitir bajo ningún concepto porque no he hecho absolutamente nada", aseguraba públicamente.

En el juicio Nevenka Fernández reprodujo con crudeza las vejaciones que había sufrido por parte del alcalde durante meses. La víctima también se enfrentó a un polémico interrogatorio por parte del fiscal que incluso llegó a poner en duda el testimonio de Nevenka. El tono del interrogatorio fue considerado acoso procesal y el Fiscal General del Estado aparcó a García Ancos del caso.

"Todo el proceso judicial fue un calvario porque estábamos en una sociedad machista, lo estamos todavía, y los jueces estaban en ese contexto", explica el escritor Juan José Millas.

Ismael Álvarez fue condenado a pagar una multa de 6.480 euros y una indemnización a Nevenka Fernández de 12.000 euros. Fue el primer político español condenado por un delito de acoso sexual.

Una sentencia "muy benévola" pero de la que estaba "muy satisfecha" porque tras este caso en España se abrieron "unas puertas" donde la gente empezó a hablar "de esto de otra manera". A pesar de que la justicia apoyaba a Nevenka, el pueblo apoyaba mayoritariamente al alcalde acosador.

Sólo fueron unos pocos los que se pusieron del lado de Nevenka. "Fue casi milagroso que ganara una batalla legal, pero sin embargo quien tuvo que irse del Ponferrada fue ella", comenta Millás y añade: "Contado desde la mentalidad de hoy, nos parece increíble".