Leire y Naia son dos estudiantes vascas que están confinadas en uno de los hoteles hospitalizados de Palma, después de coincidir el macrobrote de Mallorca con su viaje de fin de curso.

Ante esto, ambas cuentan al programa Al Rojo Vivo que están llevando la situación "lo mejor posible". Esta misma mañana, cuenta Leire, un enfermero ha entrado a su habitación a hacerles una prueba PCR, cuyo resultado podría llegar esta misma noche.

Según relatan las jóvenes, los que peor están lidiando con su confinamiento no son ellas mismas, sino sus progenitores: "Los padres están atacados de los nervios. Es una incertidumbre esto, no sabemos lo que va a pasar y nadie nos da una información clara. En principio mañana, a las 20:00 horas, teníamos nuestro vuelo", explican.

En esta línea, afirman tener cierta sensación de impotencia, especialmente porque, afirman, no han cometido ninguna irresponsabilidad: "Nosotras, cuando vinimos, el Gobierno ya había puesto restricciones. Entonces no estuvimos en esa clase de aglomeraciones, ni botellones ni nada, básicamente porque no se podía. Hay bajones y subidas, parece una atracción, una montaña rusa", apuntan.

Ante esto, explican que cabe la posibilidad de hacer cuarentena aunque den negativo en la prueba PCR. Asimismo, también apuntan que desde el servicio de Salud del País Vasco ya se han puesto en contacto con ellas: "Nos han llamado y en principio creían que íbamos a volver. Me han preguntado, les he dicho que no tenemos nada de información y que lo seguro es que nos quedemos diez días". Así, concluyen que tendrán que esperar para saber cuándo volverán. Por el momento, afirman, intentan mantenerse "haciendo cosas" para no aburrirse.