Igor, un ciudadano ucraniano que vivió 14 años en España fue el traductor del equipo de Jalis de la Serna durante la grabación de un reportaje sobre la región del Donbás en 2014. Nada más aterrizar en el aeropuerto de Dnipropetrovsk, la Policía pidió que parasen de grabar. No se fiaban del uso que se pudiera dar a las imágenes.
"En Donetsk, la gente cree que los periodistas no son personas buenas, que siempre están engañando a la gente, que están grabando lo que no se puede grabar", advirtió el traductor, quien solo unos meses antes era profesor de Filosofía Hispánica en la Universidad de Donets, al entrar en la ciudad situada en el oeste del Donbás, epicentro de un fuego cruzado de intereses.
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*Esta grabación se hizo en 2014, solo dos meses después de que Donetsk y Lugansk se autoproclamaran repúblicas independientes de Ucrania.
El 'sindicato del crimen'
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