Abdul era un asesino despiadado que había volado una comisaría de policía en Pakistán. Fue detenido y condenado a cadena perpetua en una prisión infernal. Considerando la naturaleza de su crimen y las condiciones de la cárcel no viviría mucho tiempo a no ser que consiguiera escapar. Abdul tenía un plan, hacer una huelga de hambre y perder el peso suficiente como para poder atravesar los barrotes, al cabo de dos meses, había perdido su prominente tripa y adelgazado lo suficiente como para eludir a sus captores, una hora después de su fuga volvía a los brazos de sus hermanos terroristas.

Abdul tenía mucha hambre, no podía parar de comer, pero lo que Abdul no sabía es que lo peor que puede hacer un hombre hambriento es comer mucho y demasiado rápido, si lo haces corres el riesgo de sufrir el llamado 'Síndrome de realimentación'.

Cuando se sufre una inanición severa es necesario recuperar la alimentación muy lentamente, de lo contrario el cuerpo pasará del metabolismo de la grasa al metabolismo de los carbohidratos, un cambio rápido destruirá la capacidad de las células rojas de transportar oxigeno  provocando el colapso de los órganos y la muerte.