Lucía no puede evitar emocionarse al ver imágenes como esta, por eso colabora con una ONG implicada con los refugiados desde hace seis años. Ahora, a sus 58 años se ha quedado en paro. Cobra una prestación que apenas llega a los 700 euros pero, aun así, lo único que le preocupa es poder seguir ayudando.

Raúl es arquitecto y donante de dos ONG: "Con 10 euros, lo que cuesta una copa, se puede financiar la compra de una manta térmica". Lleva 10 años aportando una suma mensual y conforme aumentan sus ingresos, aumenta su aportación: "En el fondo, siento que hacemos todavía poco".

España es solidaria, pero todavía debe serlo más, porque nuestro país se sitúa entre los que tienen menos donantes de Europa.

Ir como voluntario y participar en programas de cooperación es otra opción, la que ha elegido Arancha. Ha estado en cinco países intentando cambiar las cosas, lo mismo que intentan cada día todos ellos.