Ataviado con una gorra, cesta en mano, parecía el último cliente del día que entraba en un supermercado de Barcelona. Pero bajo su chaqueta escondía un revólver del 38 cargado con cuatro balas.

Apenas unos minutos después lo estaba empuñando sobre la espalada de un empleado al que obliga, junto con los otros dos, a entrar en el almacén.

Los rehenes, atados de pies y manos

Allí, a gritos y con mucha violencia verbal, ordena a los rehenes que se tumben en el suelo y les ata de pies y manos con bridas. Mientras, llena su mochila con toda recaudación del día.

Sin embargo, justo en ese momento la pareja de una dependienta entra en el establecimiento. Extrañado de no ver a nadie va hasta el almacén y al abrir la puerta se encuentra de cara con el atracador.

Comienza una pelea entre ambos y en el forcejeo el asaltante dispara el arma. Los gritos de los rehenes se oyen desde la calle.

El atracador se llevó más de 2.700 euros

Afortunadamente, la bala impacta contra el mostrador y nadie sale herido. Pero el atracador consigue reducir a su cuarto rehén al que también ata y mete en el almacén. Muy tranquilo sale del establecimiento con su botín, más de 2.700 euros.

El ladrón cumplía condena de prisión por robo y no volvió tras un permiso penitenciario. Fue detenido dos días después del atraco y el juez decretó encarcelamiento. Los hechos ocurrieron a finales de septiembre y es ahora cuando las imágenes han salido a la luz.