Valladolid se une para condenar las agresiones y el asesinato de Sara de solo cuatro años. La pregunta que se hacen cientos de personas es, ¿cómo es posible que, a pesar de los avisos, no se haya podido proteger a la pequeña?
El 11 de julio la niña acudía al pediatra con los labios hinchados por una supuesta alergia. El médico observó además otras lesiones y falta de higiene por lo que avisó a la policía de que podría tratarse de un caso de maltrato.
Los servicios sociales tardaron hasta 10 días en recibir el caso. El 21 de julio se ponía manos a la obra sin considerarlo en ningún caso caso de urgencia. Cinco días después citaron a su madre junto con sus dos hijas, de cuatro y 12 años, para una primera reunión.
La segunda, antes de tomar una decisión, estaba marcada solo dos días después, el 28 de julio, pero la madre de la menor había retrasado la cita alegando problemas laborales hasta el día uno de agosto, día en que los servicios sociales se personaron para la cita en el domicilio familiar sin que nadie abriese la puerta.
Las sospechas se dispararon pero, un día después, Sara ingresaba en urgencias del Hospital Clínico Universitario de Valladolid en parada cardiorrespiratoria. Horas después, fallecía. La madre y su pareja se encuentran ya en prisión, sin fianza, por presuntamente maltratar y abusar sexualmente de forma reiterada de la menor.
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