Tras los peores años de la crisis financiera, la obesidad infantil se ha estabilizado en España. Pero las cifras siguen siendo alarmantes: uno de cada tres niños tiene problemas de exceso de peso. España es el quinto país de Europa con mayor porcentaje de sobrepeso y obesidad infantil, un 32,1%; por delante, Grecia, Italia, Malta y Chipre. Los que menos: Polonia (12,5%), Finlandia, Suiza, Estonia y Francia.

Lo ha revelado un estudio publicado por la revista médica 'Jama Pediatrics', que ha analizado más de 100 trabajos de investigación, con 477.620 niños de entre dos y 13 años. Este explica que durante la crisis financiera se comía generalmente peor, con una mayor cantidad de alimentos ultraprocesados en la dieta, ya que estos son más asequibles. Los autores del informe han puesto también el foco en la falta de ejercicio físico.

Destacan las grandes diferencias entre los países del centro y el norte de Europa y los del sur. "Las cifras más preocupantes las presentan los países mediterráneos", ha señalado Miriam Garrido, investigadora del Centro de Estudios Sociosanitarios de la Universidad de Castilla La Mancha y autora principal del estudio, en una entrevista para 'El Mundo'. "Hay numerosos factores económicos y del estilo de vida que configuran un ambiente obesogénico y que podrían estar detrás de estas diferencias", ha explicado.

Irónicamente, los niños mediterráneos son los más propensos a no seguir una dieta mediterránea, recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los médicos advierten que el exceso de peso puede derivar en problemas de salud como la diabetes de tipo 2, enfermedades cardiovasculares, trastornos del aparato locomotor o ciertos tipos de cáncer, como el de colon o el de hígado.

El 22,9% de los niños españoles tienen sobrepeso, y el 9,2% obesidad. La diferencia entre estos dos problemas es que el primero hace referencia a un peso corporal mayor al esperado por sexo, talla y edad; es decir, se tiene más grasa corporal de la considerada saludable, pero se sigue dentro de los límites para edad y peso. Por el contrario, la obesidad se considera un estado patológico, tal y como informa la OMS.

Así comen los niños españoles

Los hábitos nutricionales de los niños españoles distan mucho de la dieta mediterránea, según expone un estudio de la farmacéutica Cinfa, que cuenta con el aval de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP). Esta incluye principios como el uso del aceite de oliva en la cocina, la abundancia de alimentos vegetales, el consumo frecuente de pescado o la importancia del agua. En general, se cumplen las cinco comidas recomendadas, pero los alimentos y las cantidades no suelen ser los adecuados.

Además, los hábitos no favorecen que se siga una dieta equilibrada. Siete de cada diez niños comen delante de una pantalla, una práctica que provoca que tomen más de lo necesario. Pues, al concentrarse en lo que están viendo, sienten saciedad más tarde, según explica el cocinero Alberto Chicote. A esto se suma que solo el 37,3% de los padres come habitualmente con sus hijos.

Desayuno

Los niños españoles suelen empezar el día con productos como cereales, galletas o preparados de cacao. "Las familias optan por soluciones rápidas como son lácteos chocolateados, galletas y/o cereales azucarados que la industria ha conseguido colocar en los estantes de pasillos de supermercados, ocupando decenas y decenas de metros lineales con envases atractivos para los niños", cuenta el pediatra Carlos Casabona, especializado en alimentación infantil. Apenas hay piezas de fruta y el consumo de azúcar es excesivo. Además, las familias suelen caer en el error de considerar que tomar zumos de brick, normalmente a partir de concentrado, es equivalente a comer fruta.

Comida

Alrededor de 1,7 millones de niños españoles come en centros escolares, el 72,9% en el caso de los alumnos de Educación Primaria pública, según el informe 'Datos y cifras del curso 2016/2017' del Ministerio de Educación. Desde 2011, los menús de los comedores son revisados por ley por sanitarios y profesionales de la Dietética y la Nutrición, algo que ha mejorado notablemente la calidad de las comidas.

Aun así, tal y como exponía el cocinero Alberto Chicote en el programa '¿Qué comen nuestros hijos?', las cantidades de macronutrientes (hidratos de carbono, grasas y proteínas) y micronutrientes (vitaminas y minerales) que se toman no terminan de ser las adecuadas. Además, las comidas contienen más sal de la recomendada.

Se consumen demasiadas proteínas, muy pocas grasas (saludables) y un exceso considerable de hidratos. Sucede algo parecido con los que comen en casa. El director general de la Fundación Española de la Nutrición, José Manuel Ávila, insiste en la necesidad de integrar más verdura, legumbres y fruta, así como pescado y huevos. La comida debería cubrir también el 30-35% de las necesidades energéticas diarias, algo que no es frecuente.

Cena

En una de cada tres casas los niños eligen qué cenar, de acuerdo al 'Estudio de la Alimentación de las Familias'. De hecho, el 27% de los padres asegura que este es el momento más conflictivo del día. El problema se encuentra en la preferencia de alimentos. Los padres suelen optar por platos más saludables, como verdura, pescado o fruta. Pero los hijos prefieren la pizza, la pasta o similares. También es frecuente que los padres, en un intento de que los niños coman mejor, elijan productos ultraprocesados que se publicitan como saludables. Es el caso de las barritas de merluza o los nuggets de pollo, por ejemplo.

Desde la plataforma sobre nutrición y cocina 'Futurlife' advierten de la capacidad de este tipo de productos de "inducir a una malnutrición". "Contienen altas cantidades de sal, azúcares añadidos y glutamato monosódico, que en conjunto sobreestimulan el paladar e inducen a su consumo abusivo, lo que puede llevar a priorizar estos alimentos en lugar de tomar los más nutritivos que maximizan la salud y el crecimiento", explican.

Almuerzo y merienda

La comida estrella del almuerzo y la merienda es el bocadillo. Así lo afirma un estudio sobre la frecuencia y calidad de la merienda en los niños españoles realizado por la Universidad de Zaragoza. Le sigue de cerca la combinación de leche (ya sea con o sin cacao) con galletas, y solo el 7,3% se decanta por los yogures o la fruta. Además, el 34% de los niños consumo bollería al menos una vez por semana. "Los buenos hábitos a la hora de la merienda pueden actuar como facilitadores para compensar y ajustar la energía y nutrientes necesarios sobre todo en los niños, y establecer así un hábito saludable", explica la doctora Cristina Julián al periódico 'ABC'.