Carreteras cortadas, garajes y locales anegados y vecinos pasando los últimos días de agosto achicando agua. Son las consecuencias de la tormenta que ha inundado Benicàssim.

En la mañana de este domingo, una tromba de agua convertía las calles en auténticas riadas. Los barrancos estaban desbordados y las ramblas completamente rebasadas.

Se han acumulado 149 litros por metro cuadrado, 111 en tan solo una hora, lo que supone cinco veces más que la cantidad de agua que cae en todo el mes de agosto.

Varios vehículos quedaban sepultados bajo el agua. Los bomberos han pasado todo el día trabajando sin descanso. En Valencia, Castellón y Tarragona se mantiene la alerta máxima por fuertes precipitaciones en un verano atípico del que nos despedimos con este temporal.