Tras cuatro horas de trabajo, los restos de la ballena que la borrasca Kirk dejó varada el miércoles en la playa de Pampaído, en Sanxenxo (Pontevedra), han sido trasladados a una planta de residuos especiales. Operarios de la empresa Transbeyno han sido los encargados del despiece del cetáceo, una ejemplar hembra de aproximadamente quince toneladas y dieciocho metros de largo, para poder introducirlo en el camión y llevarlo a esas instalaciones.
Así, utilizando motosierras eléctricas, dos operarios comenzaron el trabajo en torno a las once de la mañana, coincidiendo con la marea baja, cortando la ballena en trozos de aproximadamente 1.200 kilos. A continuación, cargaron uno por uno en la grúa y los trasladaron al camión que la Consellería de Medio Ambiente puso a disposición para el traslado del animal, que estaba estacionado a 40 metros del arenal.
El coste de estos trabajos, que ha financiado el Ayuntamiento, ronda los 3.000 euros. El gobierno municipal lamenta que, a pesar de que la ballena lleva muerta más de un mes en el mar, haya tenido que ser el Ayuntamiento el que se haya encargado de retirarla "con el consiguiente gasto que supone". "Hoy nos ha tocado a nosotros, pero otro día le toca a otro", ha lamentado el edil de Medio Ambiente, Yago Torres, que considera que "lo lógico y lo más seguro para la navegación" habría sido haber retirado la ballena cuando estaba en el mar.
El Ayuntamiento tuvo conocimiento de la existencia de la ballena en las proximidades de la costa de Sanxenxo el pasado sábado y se lo comunicó a Salvamento Marítimo ante el riesgo de un accidente con una embarcación. Finalmente, la borrasca Kirk arrastró el cetáceo a tierra, en avanzado estado de descomposición y provocando un fuerte olor perceptible desde metros de distancia.
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