A las 6:30 horas de la tarde, hora española, la Policía rumana entraba en el edificio de Lugoj, en el que estaba el presunto asesino de Marina y Laura. Cuando los agentes entraron en la vivienda, Sergio estaba sentado en la cama junto a dos personas de nacionalidad rumana y no opone resistencia.
Los tres fueron detenidos y trasladados a dependencias policiales. La Audiencia Nacional ya ha solicitado su inmediata extradición a España.
Salió del país por el puesto fronterizo de Portbou, en Girona. Las cámaras de seguridad detectaron el Seat Ibiza que conducía. En su huida, recorrió 1.800 kilómetros, unas 26 horas al volante desde la localidad conquense de Palomera hasta su refugio en Rumanía.
La señal de su teléfono móvil fue clave para seguir sus pasos y averiguar cuál era su destino. Tras investigar su entorno, los agentes averiguaron que Sergio tenía contactos en Rumanía: compañeros de prisión que podrían haberle ofrecido cobijo tras su fuga.
Los investigadores españoles alertaron a la Policía rumana, que hizo un seguimiento de los expresos hasta dar con el coche de Sergio. El ministro del Interior ha elogiado el trabajo de la Policía.
Una vez que se autorice su extradición, Sergio será trasladado al tribunal de Cuenca que lleva el caso para responder a las preguntas del juez.