Kelsey Osborne es una madre estadounidense que ha perdido la custodia de sus dos hijos por darle a la pequeña de tres años batidos de marihuana en un intento desesperado de frenar las convulsiones que sufría su hija.
Su pesadilla comenzó en octubre cuando las convulsiones de la niña, que ahora vive con su padre, empeoraron. "Se paraban y volvían, se detenían y volvían con las alucinaciones y todo lo demás", explica Osborne a KTVB. Por eso, defiende que cuando ya no pudo más decidió darle este batido y, de hecho, funcionó: "Todo se detuvo 30 minutos más tarde".
"Todo se detuvo en 30 minutos"
Dos horas más tarde llevó a Madyson al médico, donde se descubrió que había consumido droga y se llamó al Departamento de Salud y Bienestar de Idaho y se la acusó de delito por lesión a un menor. "Sentí como si fuera mi último recurso", recuerda Osborne, que mantiene que hizo lo correcto. "Lo he visto con mis propios ojos con personas fuera del estado que lo han usado y les ha ayudado".
"La marihuana es ilegal, punto", han zanjado desde el Departamento de Salud y Bienestar, y añaden que "incluso en los estados que lo han legalizado no es legal dar a los niños" porque puede causar problemas en el cerebro de los menores.