La Justicia todavía considera a Tomás Gimeno, el padre que presuntamente secuestró y mató a sus hijas Anna y Olivia en Tenerife, como un fugitivo. ¿Por qué, cuando la investigación indica que lo más probable es que se quitara su vida después de supuestamente hacerlo con la de sus hijas?

Según explica el jefe de Investigación de laSexta, Manuel Marlasca, "en tanto que no hay constancia de cadáver", Gimeno ha de constar como fugitivo para hacer frente a la condición de imputado, llegado el caso, y hacerse responsable de sus ilícitos penales.

Sin embargo, la investigación es clara al respecto y considera que en realidad el hombre se quitó la vida después de hacerlo con sus propias hijas.

Tal y como detalla el auto, el hombre hizo una serie de rituales de despedida: dejó un legado a sus amigos, de quienes se despidió; dinero en efectivo a la que era su pareja; o dejó a su perro en casa de sus padres, cuando ya tenía los cadáveres presuntamente en el maletero del coche.

Marlasca asegura que la Guardia civil ha comprobado los movimientos bancarios y las posibles amistades y relaciones del hombre, descartando la evasión de la justicia. "No hay nada que haga pensar en una fuga, sí muchos indicios para pensar que se lanzó al agua después de los cuerpos de sus hijas Anna y Sofía", apunta.

De acuerdo con el artículo 193 del Código Civil, tendrán que pasar diez años desde su desaparición para poder dar por muerto a Gimeno y a su hija Anna, en el caso de no encontrarse nuevas señales de ellos.