La playa es el lugar perfecto para relajarse y disfrutar del sol, pero la arena a menudo puede convertirse en una pesadilla para muchos. Desde manchar la toalla hasta hacer que nos llevemos granos de arena a casa, este inconveniente es una parte inevitable de la experiencia playera. Si eres de los que se enfrentan a la arena con determinación, aquí tienes algunos trucos para mejorar tu experiencia en la playa.
Primero, el dilema de la limpieza en la playa: algunos prefieren usar las duchas de agua dulce para enjuagar la arena, mientras que otros optan por métodos más secos. Si te encuentras sin acceso a agua, las toallitas húmedas son una solución rápida. También puedes usar una pequeña toalla de bidé, arrastrar la arena con una esponja, o recurrir a un truco infalible: el polvo de talco. Este último absorbe la humedad, facilitando la eliminación de la arena de la piel.
Para evitar que la arena se acumule en tu toalla, considera invertir en una versión especial que cuesta alrededor de 80 euros, o su alternativa más económica: una sábana bajera bien sujeta con mochilas en las esquinas. Esto crea una especie de isla que puedes proteger con un cubo de agua en la entrada para evitar que la arena ensucie tu espacio.
Finalmente, si la arena en la toalla no es tu problema, sino el arrugado y arenoso estado de la misma, recuerda que existen dos tipos de personas en la playa: los que aceptan una toalla mojada y llena de arena y los que la estiran meticulosamente. Para estos últimos, las pinzas que se clavan en la arena pueden ser un salvavidas, aunque hay que tener cuidado de no salpicar a los demás mientras sacudes la toalla.
Si la arena se convierte en una molestia insuperable, quizás es momento de considerar la piscina como una alternativa para disfrutar del agua sin complicaciones.