Los hechos se produjeron cuando la Policía Nacional comisionó a varios policías tras recibir un comunicado que alertaba de la posibilidad de que una menor se arrojara desde una ventana a la calle.

Los agentes se trasladaron al domicilio de la joven, donde su hermana la sujetaba por las piernas para evitar que se arrojara por la ventana.

Ante los gritos de la hermana pidiendo ayuda y como no conseguían abrir la puerta, uno de los policías fracturó la cerradura con una bombona de oxígeno que portaban los servicios sanitarios y así logró llegar hasta la chica.

El policía la sujetó, mientras los demás agentes hicieron una cadena para tirar de ellos y evitar que se tirara, consiguiendo introducirla en la vivienda.

El agente se lesionó una mano en la intervención y la chica fue trasladada al Hospital Clínico.