Este verano, Ernesto Rodríguez, de la bodega 'Crego e Monaguillo' tendrá que vendimiar más días que el año pasado "Ya están casi perfectas, en poco más de un mes en bodega", declara.

Con tanto sol en los últimos meses, las uvas se han adelantado y ya tienen este aspecto a finales de julio, algo inusual. La campaña de recogida se adelanta 2 semanas: "Quince días son muchos días en la crianza de la uva", explica Rodríguez.

El sabor y las características del vino no cambian. Pero más días de vendimia necesitan más mano de obra. "Ahora la vendimia será más larga y la gente tendrá más tiempo trabajo".

Pero las altas temperaturas y la sequía tienen otras consecuencias. A finales de abril una fuerte helada arrasó el 75% de los viñedos de esta comarca de Monterrei. La falta de lluvias ha impedido recuperar parte de esa producción.

"Esto debería estar lleno de uvas, pero no hay ninguna", dice el viticultor Benito Rodríguez. Beni pisa tierra seca en su viñedo. Al no caer ni gota de agua, la sequía impide que las uvas puedan rebrotar después de las heladas.

Es su primer año como viticultor y ya cuenta pérdidas. "Este año hemos perdido el 90% de la producción y la campaña la tenemos completamente arruinada", se lamenta el viticultor.

Los efectos devastadores de las heladas y la sequía no sólo se notarán este año. "Faltan los brotes y las uvas y se van a tardar en recuperar tres o cuatro años más", declara José Manuel Santiago, ingeniero técnico agrícola.

Los viticultores dicen que sus seguros solo cubren el 30% de las pérdidas. Denuncian que la Xunta les da la espalda. "Los puestos de trabajo corren peligro y vemos como gente con mucha iniciativa y con mucho entusiasmo se incorpora a la agricultura para que después los dejen tirados", añade José Ramón González, del Sindicato Unións Agrarias

La Xunta se defiende diciendo que las ayudas directas a los viticultores son ilegales, un argumento que niegan los afectados.