Los reyes y la princesa Leonor han visitado este sábado Cadavedo, el pueblo ejemplar de Asturias de este año. La familia real ha puesto así broche final a su estancia en el Principado después de la ceremonia de los Premios Princesa de Asturias celebrada este viernes en el Teatro Campoamor.
La comitiva llegó a Cadavedo con una hora de retraso y sin la infanta, al informar la Casa Real de que se encontraba indispuesta tras haber pasado una mala noche. Con una jota como bienvenida, don Felipe, doña Letizia y la princesa comenzaron el recorrido por el pueblo, enclavado en la costa occidental asturiana, cerca de Luarca, para conocer sus costumbres, observar sus casonas y hórreos y charlar con los vecinos, muchos de ellos ataviados con trajes regionales.
Durante su visita la familia real ha visitado la casa natal del padre Galo (1884-1939), uno de los poetas más importantes en lengua asturiana, donde les han ofrecido probar la rapa, una torta de harina de maíz hecha con productos del cerdo cocida al horno, y la alfilada, un bollo de pascua dulce que regalaban los padrinos a sus ahijados. También han parado en el prado situado en el centro del pueblo, donde iban a tener lugar las intervenciones del rey y de la princesa.
Sin embargo, una gastroenteritis, la de la princesa, ha alterado el plan inicial. La reina Letizia ha tomado el micrófono para anunciar que la heredera al trono se retiraba de la visita por problemas de estómago. "Se encontraba regular al levantarse. Ha hecho un esfuerzo, pero no ha podido ser. Supongo que la gastroenteritis se pasará en 24 o 48 horas. Algo le sentó mal", ha confesado doña Letizia, quien ha leído el discurso que iba a haber pronunciado su hija mayor.
En su discurso ante los lugareños, Felipe VI se ha hecho eco del problema de la despoblación en el mundo rural y de la necesidad de "ofrecer futuro a los jóvenes" para que permanezcan en los pueblos.