Como consecuencia, la denunciante asegura que el menor sufrió una tumoración en muslo izquierdo y un enrojecimiento de piel sin dolor en la zona en la que se administró la vacuna. Así consta en la denuncia en la que la madre del menor sostiene que los hechos son constitutivos de infracciones muy graves.

En concreto, la denuncia se dirige contra los órganos rectores del centro privado, los directivos y técnicos, y contra la médico que suministró la vacuna. La mujer concertó una cita en un centro privado de Moncada para que le administrasen a su hijo la quinta dosis de antidiftérica, antitetánica y antitos ferina acelular, tal y como constaba en el calendario sistemático de vacunas infantiles.

Así, el 4 de mayo de 2016, la mujer acudió junto con su hijo al centro. Tras administrarle la dosis, cuando la médica colocó en el libro de vacunas la pegatina de la jeringuilla con la información del producto, número de lote y caducidad, la denunciante observó "con sorpresa" que la misma había caducado en octubre de 2015, hacía siete meses.

La mujer se lo comunicó entonces a la médica y ésta reaccionó "con cierto nerviosismo e intentó arrancar la pegatina" que estaba estampada en el calendario de vacunas de su hijo, aunque no lo consiguió porque la madre se lo impidió. Posteriormente, la mujer llamó a la Dirección General de Salud Pública de Valencia e intentó averiguar la situación de la clínica y de lo sucedido.

En ese momento le explicaron que por falta de suministro, el centro tenía prohibido poner las vacunas a niños, aunque sí estaba autorizado para suministrarla a embarazadas, según sostienen. Dos días después de que al menor se le suministrara la vacuna, la madre le observó síntomas "extraños" en su dermis, por lo que el 6 de mayo acudió a urgencias de un hospital valenciano donde se le diagnosticó tumoración en la cara externa del muslo izquierdo y enrojecimiento de piel en la zona de inoculación.