Shirell Powell recibió una llamada del Hospital St. Barnabas, Nueva York, en la que le informaron sobre el estado de salud de su "hermano", con quien no tenía relación: se encontraba en muerte cerebral tras una sobredosis de drogas.

Nada más enterarse del suceso se dirigió al hospital donde le pidieron que diera su consentimiento para desconectarle de la máquina que le mantenía con vida, según recoge 'The New York Post'.

Al principio dudó de que fuera él ya que se parecía mucho pero lo recordaba menos corpulento, aunque finalmente accedió al consejo de los médicos.

Posteriormente, gracias a la autopsiase descubrió que en realidad todo había sido un error del hospital, que el hombre al que había desconectado no era su hermano sino un señor llamado Freddy Clarence Williams y que su pariente se encontraba en la cárcel.

"Casi me desmayo porque maté a alguien que ni siquiera sabía. Di mi consentimiento. Simplemente asumieron que era mi hermano", ha comentado Powell al medio.

El fallecido, de 50 años, había ingresado en el hospital del Bronx inconsciente por sobredosis y el personal médico dijo que Powell era presuntamente familiar suyo, pese a que en su tarjeta de la Seguridad Social pusiera otro nombre.

Ahora Shirell Powell sigue obsesionada con el caso: "¿Quién era él? ¿Tiene familia? Apenas duermo pensando en esto todo el tiempo".