Un grupo de aborígenes ha asesinado a un hombre en Sentinel del Norte, isla ubicada en el archipiélago de Andamán, propiedad de la India. Si bien las autoridades desconocen por el momento cómo se produjo la muerte, sí creen que ha sido un homicidio. Además, varios medios locales apuntan que el turista recibió una ráfaga de flechas poco después de llegar al territorio aborigen.

La víctima, un turista y predicador estadounidense de 27 años, trataba de llegar, acompañado de un grupo de pescadores que conocían la zona, para convertir al cristianismo a los habitantes de la isla de Sentinel del Norte, prohibida por el gobierno de la India en 1997. La razón: que los turistas y otros exploradores no se acerquen a dicho territorio, en el que actualmente reside una misteriosa tribu de la que poco o nada se sabe.

Y son precisamente los miembros de esa comunidad que reside y gobierna esta isla paradisíaca los que evitan cualquier tipo de contacto exterior, y asesinan a todo aquel que pisa sus tierras. Los pescadores, ahora detenidos, cuentan que vieron el cadáver de John al día siguiente enterrado en la arena, pero no se arriesgaron a acercarse. Tampoco los helicópteros de rescate se atreven a aterrizar. Temen no salir vivos.

Según medios locales, John había estado en otras ocasiones en el archipiélago de Andamán y conocía lo peligroso que era contactar con los indígenas. De hecho, ya en 2006 dos pescadores que naufragaron junto a la isla fueron asesinados. Sus cuerpos nunca aparecieron. En ocasiones, el gobierno indio ha conseguido entablar relación con la tribu, y durante la década de los 90 pudieron conocerse un poco mejor las condiciones de los habitantes en esa isla y su modo de vida, pero no tardaron en rechazar de nuevo la entrada a cualquiera que no forma parte de su tribu.

De hecho, cuando en 2004 tuvo lugar el tsunami que asoló los países que bordean el océano Índico, Sentinel del Norte sufrió de lleno los efectos de este terremoto. Si bien las autoridades quisieron comprobar que seguían con vida y que la zona no había quedado arrasada por el agua, fueron expulsados rápidamente por los supervivientes de la tribu.

Los sentineleses habrían estado aislados del exterior unos 60.000 años, y se cree que aún no saben comunicarse mediente herramientas como la escritura. Tampoco hay constancia, según han indicado las observaciones que han seguido los pasos de esta comunidad aborigen, de que tengan conocimientos sobre agricultura o el uso del fuego, entre otros.