Un hombre de 72 años ha muerto este viernes en el norte de Camboya atacado por unos 40 cocodrilos de su propia explotación tras caer en el estanque cercado donde estaban los reptiles. El incidente ocurrió en la aldea de Po Banteay, cerca de la ciudad de Siem Reap, cuando el hombre trató de coger los huevos que había puesto una hembra pero cayó al estanque en el que estaban los animales, según el portal de noticias 'Thmeythmey'.
El jefe de la Policía local, Mai Samet, ha indicado al citado portal que probablemente el hombre estaba tratando de arrastrar al cocodrilo lejos de los huevos con un palo para después cerrar la jaula y recogerlos sin peligro, pero el palo debió de romperse y el hombre cayó al agua.
Según ha explicado, un primer cocodrilo le rompió el brazo y después, acompañado de los demás reptiles, le causaron lesiones en las extremidades y en el abdomen, de manera que cuando su esposa lo vio y pidió ayuda para rescatarlo ya era demasiado tarde para salvar su vida.
Más Noticias
- Detenido un tren de alta velocidad con 230 pasajeros en la vía férrea Madrid-Toledo tras un arrollamiento mortal
- Detenido en Benalmádena el líder de la banda motera 'MC Comanches' por tentativa de homicidio
- 'Los guardianes de la red', el cómic creado por la Policía Nacional para proteger a los menores de los riesgos de Internet
- Detienen a un hombre acusado de matar a puñaladas a su cuñado en Vilagarcía de Arousa, Pontevedra
- Cronología del 'caso Asunta', el asesinato que conmovió Galicia
Miles de cocodrilos son criados en cientos de granjas en Camboya, donde además de vender su piel para la fabricación de zapatos o cinturones, también se consume su carne. A menudo se trata de explotaciones con pocas condiciones de seguridad: en 2019 una niña de dos años murió devoradapor los cocodrilos de la granja familiar.
Violación grupal
Así contó laSexta la indignación popular tras conocerse la sentencia de La Manada, de la que se cumplen 6 años
El 26 de abril de 2018 la Audiencia Provincial de Navarra condenó a los cinco acusados a nueve años de prisión por un delito de abuso sexual con prevalimiento, pero no por agresión sexual, lo que desató una oleadas de protestas populares.