En la Escuela de la Farigola del Clot, en Barcelona, ya han recibido 38 ventiladores, dos por aula, para combatir el calor en el centro educativo. Su directora, Isa Carmona, cree que son "medidas bastante parche" que sólo sirven para remover el aire caliente de las aulas y no para refrigerar los espacios y bajar las altas temperaturas.

En los últimos años, ya son casi cuatro los meses en los que las máximas superan los 28 grados, coincidiendo evidentemente con el periodo escolar: "Estamos viendo que los meses de calor cada vez se están ampliando más, tanto en el último trimestre como en el primero del año", asegura Carmona.

Además de los 2.500 ventiladores que Educaciò prevé repartir, algunos colegios públicos de infantil y primaria en Barcelona contarán con toldos, puntos de agua y con un punto común con aire acondicionado. "Evidentemente, cuando pegue el sol a 37 grados, los ventiladores no serán suficientes", valora Inma, profesora y tutora de la misma escuela.

Ante el adelanto del periodo estival, son varias las comunidades autónomas que proponen como solución adaptar los horarios lectivos de los centros educativos,aunque desde asociaciones de padres y madres creen que se trata de una medida insuficiente. "Son menos horas que los niños están pero solo para quienes pueden conciliar", afirma Jesús Dimas, portavoz de la Asociación de Familias del Alumnado del Colegio Lópe de Vega en Carabanchel, en Madrid.

Exigen un plan estratégico de carácter urgente ante la subida repentina de las temperaturas, así como uno a medio y largo plazo para los próximos años.