'Villanarco'. Es el nombre con el que la propia Policía Nacional bautizó la zona de la Línea de la Concepción, en Cádiz, en la que se han afincado la mayoría de los traficantes de droga. Está calificada como terreno rural, pero hay muchas casas, chalés en realidad, que cuentan con piscina y, en algunos casos, incluso con sus propia discoteca y salida directa al mar.
Esta 'urbanización' no lleva mucho tiempo en pie, pero la Policía tiene claro qué hay detrás de los altísimos muros que guardan las casas: allí, los narcotraficantes se han construido "megamansiones", piscinas y guardan coches de alta gama, según los agentes.
Mansiones que empezaron a proliferar hace apenas una década, en un terreno que pertenece a una sola persona y se parcela con contratos privados, que nunca se elevan a escritura pública. Así, resulta casi imposible saber qué es de quién. A partir de la finca matriz, el terreno se ha organizado internamente, con su propia calle cerrada al tráfico.
Las viviendas, según apuntaba la Policía en 2022, son ilegales y están custodiadas por fuertes medidas seguridad. Dando un paseo por la zona, es fácil ver que hay calles que tienen barreras de seguridad. Dentro, hay cámaras y más barreras para acceder a cada una de las viviendas.
Aunque a pie de calle el barrio puede no parecer gran cosa, a vista de pájaro el panorama cambia radicalmente: desde las alturas, tal y como puede apreciarse en el vídeo que ilustra estas líneas, se han avistado incluso viviendas con sus propias discotecas, además de piscinas, lanchas e incluso caminos directos a la playa.
Tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil han actuado en varias ocasiones en lo que ellos mismos han bautizado como 'Villanarco', un barrio que ha ido creciendo al margen de la ley y de las administraciones en los últimos años y sobre el que el foco es hoy mayor.