La madre de Marta Calvoreclama que "se haga justicia" y pide al jurado que se ponga en su lugar en el arranque del juicio contra el presunto asesino de la joven, Jorge Ignacio Palma. "Así no se puede vivir", ha lamentado Marisol Burón, mientras los restos de su hija siguen sin ser hallados más de dos años después del crimen.

Burón se ha pronunciado así ante los medios en la Ciudad de la Justicia de València, donde este lunes comienza el juicio contra Palma, acusado de matar aMarta y a otras dos mujeres, Arliene Ramos y Lady Marcela Vargas, así como de intentarlo con otras ocho entre el verano de 2018 y noviembre de 2019. El acusado presuntamente introducía cocaína de alta pureza vía genital a sus víctimas.

La madre de Marta ha indicado que estaba "muy nerviosa" por la llegada del juicio, que asume con "mucha fuerza": "Voy a dejar todo esto en manos de la Justicia. Voy a creer en el jurado popular", ha afirmado. Asimismo, ha manifestado que espera que se haga justicia por su hija y "por todas ellas" porque "se lo merecen". "Voy a estar aquí porque soy la voz de todas ellas", ha señalado.

"Pido mucha fuerza a mi hija, que me la está dando, para llegar al final fuerte y pido al jurado que por favor se ponga en mis zapatos como madre, que me han quitado a mi hija. Les pido que piensen que si fuera hija suya, ¿qué harían?", ha planteado.

Burón ha asegurado que "por supuesto" va a aguantar durante todo el juicio, que se prolongará durante cinco semanas. "He aguantado dos años y medio y voy a aguantar hasta el final", ha manifestado. Además, ha afirmado que no siente "miedo, ni ira, ni asco ni nada" por el acusado: "Realmente de él no me acuerdo. Me acuerdo de mi hija. Él me es indiferente", ha aseverado.

Asimismo, ha mostrado su esperanza de que Palma se derrumbe ante el jurado cuando testifique y finalmente pueda saber dónde dejó el cuerpo de su hija: "Así no se puede vivir. Tengo fuerza y mi hija me la da, pero así no se puede vivir", ha lamentado. "No podemos vivir los padres con esta pena -ha añadido-, que no sepamos donde tenemos a los hijos. Es muy duro cerrar la puerta de casa y tener a tu hija no saber dónde. Queremos tener un descanso en paz", ha apostillado. "Luchamos por la prisión permanente revisable porque aquí no hay pena más dura. Esta gente lamentablemente no se puede reinsertar y no cabe en esta sociedad porque lo volvería a hacer", ha sentenciado.

Dos detenidos

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Todo empezó a la hora de la siesta, cuando llamaron a la puerta y aparecieron dos encapuchados: "Uno subió la escalera hacia arriba y el otro me empujó al salón y vio a mi marido hablando por teléfono".