La salud empieza por el plato
No es lujo, es dignidad: el Gobierno mueve ficha para que las residencias y hospitales ofrezcan comida saludable
Los detalles En residencias de toda España, familiares, trabajadores y usuarios llevan años denunciado comidas crudas, quemadas, con moho y platos en mal estado. Unos menús indignos a los que el ministerio de Sanidad y el de Derechos Sociales quieren poner fin en residencias y en hospitales.

Resumen IA supervisado
Comer bien en residencias y hospitales es esencial para la salud, no un lujo. Sanidad y Derechos Sociales han iniciado la tramitación para mejorar la calidad de las comidas en estos centros, similar a lo que ocurre en los colegios. En varios lugares de España, se han denunciado menús indignos, con platos en mal estado, crudos o quemados. La ministra de Sanidad, Mónica García, y el ministro de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy, han reconocido estos problemas. Datos alarmantes indican que un 28% de los residentes en centros de mayores están desnutridos. Aunque la patronal defiende que son casos aislados, el Gobierno busca garantizar una alimentación digna y de calidad para todos.
* Resumen supervisado por periodistas.
Comer bien cuando se está enfermo o en una residencia no es un lujo. De hecho, la salud empieza por el plato. Este jueves Sanidad y Derechos Sociales inician la tramitación para cambiar las comidas de estos centros para que, como en los colegios, la comida sea también saludable.
Como se puede ver en las imágenes que acompañan esta noticia, la comida que dan en esos centros a veces no parece lo que dicen ser. Para ellos, una papilla de pescado es una merluza provenzal con patatas; otros platos, en cambio, cuesta hasta identificarlos.
En una residencia de Ortigueira, en A Coruña, denuncian que los platos del menú del catering que llegan a sus residencias han viajado hasta 170km. Pero este no es un caso aislado. En residencias de toda España, familiares, trabajadores y usuarios llevan años denunciado comidas crudas, quemadas, con moho y platos en mal estado.
Unos menús indignos a los que el ministerio de Sanidad y el de Derechos Sociales quieren poner fin en residencias y en hospitales. La ministra de Sanidad, Mónica García, ha asegurado que saben que "hay pacientes que reciben cenas a base de galletas y bebidas azucaradas".
Por su parte, el ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, ha indicado que tiene conocimiento de "casos flagrantes en personas dependientes alimentándose con comida en mal estado".
Los datos que manejan, aseguran, son insostenibles. Sin ir más lejos, la nutricionista, Beatriz Robles, señala a laSexta que "una de cada cuatro personas que están hospitalizadas están en riesgo de desnutrición o desnutridas". Y, añade que, en las residencias, el dato es de un 28%.
Pese a estos datos que ponen en entredicho la alimentación que ofrecen los centros a nuestros mayores, la patronal de las residencias se defiende y muestra preocupación porque se traslade una imagen injusta.
La secretaria general de La Asociación de Empresas de Servicios para la Dependencia (AESTE), Josune Méndez, ha hecho hincapié en que "son casos aislados" y que "la norma general no es esa".
De esta manera, Bustinduy les ha tendido la mano para mantener una reunión y visitar estas residencias. Y ya de paso, tirando de un poco de ironía, les ha sugerido que podrían comer en esas residencias para ver si, efectivamente, es tan saludable como dicen que es.
El Gobierno tiene como referencia esas residencias y hospitales en los que la alimentación sí es de calidad y equilibrada. Aunque reconocen que no en todas se come mal, sí que insisten en que en todas se debería de comer bien. El objetivo es que no haya ni una sola persona mal alimentada porque no se trata de un lujo, sino de dignidad.