Los jabalíes campan a sus anchas por mitad de Lugo. Han hecho de la ciudad su territorio y muchos vecinos los han llegado a ver recorriendo las calles. "Al final acuden a la comida fácil como pueden ser las ciudades", afirma un hombre.

Sus visitas, cada noche, han provocado que los márgenes del río tengan la tierra totalmente removida.

Para intentar poner fin a esta situación, esta semana la Xunta aprobaba un protocolo de actuación: instalarán jaulas en lugares estratégicos y, además, un equipo de arqueros profesionales realizarán batidas. De este modo, se evita el uso de armas de fuego.

Sin embargo, varias asociaciones animalistas denuncian el posible uso de gasóleo para atraer a los jabalíes. "Sospechamos que se están utilizando los vertidos de gasóleo para tenerlos concentrados en ciertas zonas y así poderlos cazar más fácilmente con el arco, como van a hacer", asegura Marta Castro, organizadora de 'Lugo Animal Save'. Una medida que califican de "auténtico atentado ecológico".

Pero, desde la Xunta, desmienten el uso de esta técnica porque, aunque el plan está autorizado, dicen, los arqueros ni siquiera están todavía trabajando en la zona.