Nuria y su hijo Adrián han iniciado una recogida de firmas para que las agresiones con patadas en la cabeza, como la que él sufrió, se consideren intento de homicidio: "Que nos ayuden a cambiarlo porque hoy es Adrián, pero mañana puede ser otra persona ¿Tenemos que esperar a que vuelvan a matar?", expresa Nuria.

Su frustración es máxima, ya que los agresores de su hijo apenas pasaron 24 horas en el calabozo. La mujer denuncia que "las patadas en la cabeza son para matar". "Te puedes quedar en silla de ruedas, te pueden quedar secuelas muy fuertes o te pueden matar", manifiesta.

Semanas después de sufrir la agresión, Adrián sigue sufriendo esas secuelas. Apenas puede hablar, ha perdido dos piezas dentales, tiene una doble fractura en la mandíbula, un nervio dañado y pérdida de audición. Las visitas al médico y los dolores de cabeza son constantes. "Yo pensé que mi hijo estaba muerto porque estaba todo ensangrentado con los dientes colgando", ha recordado Nuria.

Todo por un gesto salvaje que esta misma semana hemos vuelto a ver en la estación de tren de Mataró. Un guardia de seguridad pidió a dos jóvenes que abandonasen el vagón, y ellos respondieron con una brutal patada en la cabeza, tal y como puedes ver en el vídeo. Los jóvenes ya han sido detenidos por un peligroso gesto por el que ahora se enfrentan a un delito de agresión.