Carmen Arnedo fue desahuciada hace 4 años. ¿El motivo? Haber avalado la casa de su hijo con la suya propia. Cuando él no pudo hacer frente a los pagos, ella perdió también la casa donde había vivido toda su vida.

"Esta es emblemática. Es en la puerta de mi casa, cuando me quisieron desahuciar", recuerda enseñando varias fotos de las protestas que encabezó para parar su desahucio.

No obstante, acabó cediendo por voluntad propia: "Llamé a mi subastero y le di las llaves de mi piso con todo el dolor de mi corazón. Para que a mis compañeros no les pegaran. Me iba a quedar yo peor". Y eso lo hizo pese a todo el dolor que le generó: "¿Sabes lo que es eso? No podéis imaginarlo. Cada día lo recuerdo. Eso de que me hayan quitado mi casa lo tengo dentro. Estoy psicológicamente destrozada".

Por ello, comenzó a pelear para que casos como el suyo no se repitan colaborando con la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca): "Si, se han parado los desahucios, un poquito. Yo seguiré peleando hasta que el cuerpo pueda".