Seis perros de la raza Dogo de Burdeos o cruce de esta familia con otra residían en la vivienda de Colmenar de Oreja (Madrid) donde dos de estos animales mataron a mordiscos primero a su dueña, una mujer de 57 años, y después a su hija de 41, atacada en el cuello.
Fuentes de la investigación han indicado que todos los perros permanecen en un centro de animales de acogida de la Comunidad de Madrid, donde los veterinarios de la región los examinarán, a fin de determinar su estado de salud, realizar si llevaban incorporado el microchip o si son de pura raza dogo de Burdeos o cruce con otra.
Mientras, los agentes de Policía Judicial de la Guardia Civil de Pinto, encargados de la investigación, siguen recopilando indicios de lo sucedido en la vivienda unifamiliar del número 578 de la calle Ibor, en la urbanización Balcón del Tajo de Colmenar de Oreja donde los maridos de ambas, que además son hermanos, encontraron en el patio a las dos víctimas con diversas mordeduras de perro.
Las primeras pesquisas ya han concluido que los perros atacaron a la mujer de 57 años primero. Presentaba mordeduras por prácticamente todo el cuerpo.
Fue después, y tras repetidas llamadas de la hija a su madre que no recibieron respuesta, cuando la primera acudió a la vivienda. Un mordisco en el cuello de uno de los perros fue mortal al afectar a la yugular, han indicado fuentes de la investigación.
Ambas murieron desangradas, aunque será esta mañana cuando los análisis forenses lo confirmen al practicar la autopsia a los cuerpos en el Instituto Anatómico de Aranjuez.
Hasta ayer por la tarde los familiares, que tuvieron que ser atendidos por los servicios de emergencias, no habían entregado la documentación obligatoria de pertenencia de animales y, en este caso, la licencia de núcleo zoológico, también requisito necesario.
Está previsto que los investigadores también tomen declaración a los familiares y esclarezcan en qué estado estaban los animales o si estaban atados o sueltos.