Un agente sevillano se sorprendió al recibir una llamada de una mujer pidiendo una pizza a domicilio. En lugar de colgar el teléfono pensando que era una broma, el instinto de este policía le llevó a seguir hablando con ella, lo que le permitió descubrir que al otro del teléfono había una mujer maltratada.

La víctima, desesperada, había decidido marcar el 092 fingiendo que iba a encargar comida a domicilio. "Buenas noches, quería una pizza", comenzó diciendo, según desvela ABC.

Una petición que en un primer momento desconcertó al agente local de Sevilla. Sin embargo, su intuición se activó al oír de fondo los gritos de un hombre. Un hecho que permitió que lograse descifrar lo que realmente estaba sucediendo.

"Respóndame con un sí o un no, ¿está en peligro?", le comienza a preguntar. "Sí, con extra de queso", le responde ella inmediatamente. Con este ingrediente, el policía descubre que esa pizza esconde realmente un grito de auxilio.

De esta forma, inician entre los dos una conversación simulada en la que el agente logra recabar información vital. Cuando consigue la dirección de la vivienda, avisa a la Policía Nacional para que envíen una patrulla, advirtiéndoles que deben hacerlo con discreción, ya que podría tratarse de un caso de violencia machista.

Finalmente, dos agentes llegan a la casa simulando ser repartidores y, cuando el hombre abre la puerta, se abalanzan sobre él y le detienen. Según explica ABC, la víctima estaba retenida y había sido agredida.