Las Leónidas es una de las lluvias de meteoros más esperadas del año por la intensidad con la que se despliegan sus meteoros en la bóveda celeste. Estos han dado lugar a algunas de las lluvias más intensas de la historia, como ocurrió en 1966, cuando miles de meteoros por minuto cayeron a través de la atmósfera de la Tierra durante un período de 15 minutos. Según describe la NASA, “se vieron tantos meteoros que parecían caer como lluvia”.

Lamentablemente, este año no habrá oportunidad de presenciar un fenómeno de estas características dado que solo ocurren cada 33 años y el último tuvo lugar en 2002. A pesar de ello, este 2020 no deja de ser un buen año para su observación dado que se verán más meteoros que el año pasado gracias a la fase nueva de la Luna (sucede cuando la Luna se encuentra entre la Tierra y el Sol y por tanto, su parte iluminada no es visible desde la Tierra), que permitirá ver el cielo oscuro en su totalidad en la noche de mayor intensidad.

De esta forma, las Leónidas podrán verse con claridad en el cielo la noche del martes 17 de noviembre, cuando de 10-15 meteoros por hora surquen los cielos, según recoge la NASA. Concretamente, el mejor momento para observarlos en España será a las 2:00 de la mañana. Sin embargo, también podrán verse estos meteoros durante los días previos y posteriores al pico, según recoge el canal de Youtube Universo Conocido en el siguiente vídeo.

 

Cómo se origina la lluvia de Leónidas

Según explica en el vídeo del canal especializado en Ciencia y Tecnología, las Leónidas reciben su nombre por la constelación de Leo, lugar donde se originan sus meteoros. Sin embargo, esto no implica que para poder contemplarlos sea necesario dirigir la mirada a este punto, pues si lo haces, puedes perderte los meteoros con colas más largas, que se encuentran en puntos alejados de su radiante.

Tanto los meteoros más largos como los cortos proceden del mismo lugar: el cometa 55P/Tempel-Tuttle. Según cuenta la NASA, este cometa gira alrededor del Sol cada 33,3 años dejando un rastro de polvo y escombros a su paso. Cuando la órbita de la Tierra cruza el rastro de escombros, los pedazos del cometa caen hacia nuestro planeta en forma de bolas de fuego llamadas meteoros.