El pasado sábado, 3 de agosto, Marcos y Matías acudieron a la discoteca Waka de Sabadell, en Barcelona, junto a un grupo de amigas. Allí, según denuncia uno de ellos en Instagram, fueron víctimas de una agresión por parte de varios controladores de acceso.

Marcos explica que les negaron la entrada dos veces y relaciona los hechos con "racismo" del personal de la discoteca. "Me habían dicho que eran racistas, pero meses antes me dejaron entrar. Hice la primera cola y me negaron la entrada, la volví a hacer, bajándome las mangas para que no se me vieran los tatuajes y me la volvieron a negar", cuenta.

Tras esto, él y su amigo decidieron colarse en el recinto saltando una valla, pero los controladores de acceso les vieron y les instaron a salir. "Cuando nos pillaron colaboramos, nos íbamos a casa sin oponer resistencia".

Entonces, denuncia, uno de los controladores le propinó "un guantazo con la mano abierta" y después le cogió "del cuello". A esta agresión se unió la de otro hombre del personal de seguridad, que le metió un puñetazo, tirándole "al suelo".

"Cuando bajamos le dije '¿puedo esperar a mi amigo?' y de repente me suelta la primera galleta porque van a matar", ha explicado uno de los agredidos. "Estoy indignado con el trato que le dan a la gente, creo que a mi amigo le pegaron más por ser de color", ha apuntado el joven que le acompañaba.

Una vez en el suelo, como se puede apreciar en estas imágenes, un tercer portero le propinó varias patadas en la cabeza y después se dirigió a su amigo, arrojándole también al suelo.

En un segundo vídeo se puede ver cómo les separan y mientras un portero habla con uno de los jóvenes, al otro continúan propinándole patadas y golpeando con una porra.

La empresa toma medidas

La empresa que lleva el control de acceso a la discoteca reconoce que la actuación de los porteros es desafortunada y los dos han sido suspendidos de empleo y sueldo.

Explican que uno de los chicos había agredido con un cinturón previamente a uno de los vigilantes y que huyó, aunque luego, dice, lo pillaron junto con otro dentro del recinto, se habían colado saltando una valla de cinco metros y medio.

Aseguran, además, que ese joven en concreto iba drogado y que se trata de gente conflictiva.