"Al cerrar la puerta, escuché unos gritos y una persona que hablaba en voz alta. Al girarme, me encontré una chica que se había lanzado sobre mí con la mano en alto". Es el testimonio de una enfermera que ha denunciado la agresión que sufrió en su puesto de trabajo, una situación que, por desgracia, cada vez es más habitual.
En el último año, 1.629 enfermeras han sufrido una agresión. Es más, ocho de cada diez han sido agredidos a lo largo de su trayectoria profesional. Andalucía es la región con mayor número de casos (612), seguida de otras como Navarra (167), Castilla y León (161) o Galicia (154). Pero los profesionales insisten: estos datos no reflejan el 100% del problema.
Diego Ayuso, secretario general del Consejo General de Enfermería de España, confiesa a laSexta que "hay un problema de infranotificación" en estas agresiones: "Muchas enfermeras son agredidas, pero no lo registran y no lo denuncian". ¿El motivo? El miedo a las represalias.
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"Hay gente que llega a agredir con puñetazos e, incluso, de tirar a las compañeras al suelo y patearlas", añade Ayuso. Para intentar revertir esta situación, el Consejo General de la Enfermería ha firmado un Plan Integral junto a la Policía Nacional y así detectar y evitar situaciones de riesgo.