"No he sido yo, he cogido el coche esta mañana"; así gritaba Ana Julia Quezada en el momento de su detención. En mitad de la calle, a plena luz del día, la Guardia Civil detenía a la pareja del padre de Gabriel.

Los agentes la sorprendían trasladando el cadáver del niño, envuelto en unas mantas, en el maletero del vehículo que conducía. La Guardia Civil le ha bloqueado el paso cruzando dos coches delante muy cerca del garaje de su vivienda. La han hecho salir del vehículo y abrir el maletero.

"Un policía ha abierto el maletero y cuando ha visto lo que había, ha dicho 'confirmado, lo tenemos'", explica un vecino.

Con la cabeza sobre el capó del coche y esposada, Ana gritaba que era inocente. Alegaba que alguien le había colocado allí el cuerpo de Gabriel, pero desconocía que los agentes la seguían desde hacía horas.

La detenida habría dejado a su pareja -el padre de Gabriel- en un hotel y, desde allí, habría ido hasta una finca familiar para, según la Guardia Civil que tiene imágenes en su poder, sacar el cuerpo del niño del lugar donde, presuntamente, lo había escondido.

Los agentes la habrían visto con una manta, la misma del maletero. Ocurría en esta calle de la localidad de Vícar, a unos 64 kilómetros de Las Hortichuelas, donde desapareció Gabriel.

Los vecinos se han visto sorprendidos por lo ocurrido. "Yo veía el coche y no sabía que había un ser humano muerto dentro", ha destacado una vecina.

Algunos de los agentes se han puesto a llorar de rabia al descubrir el cuerpo. Otros se abrazaban al conocer el fatídico desenlace. Tras su detención, Ana ha sido conducida a la comandancia de la Guardia Civil de Almería.