La Guardia Civil ha demolido el relato que Ana Julia Quezada quiso presentar durante su declaración en el juicio, mostrándose como una mujer vulnerable, deseosa de ser atrapada y arrepentida por el crimen de Gabriel Cruz.

La acusación ha querido demostrar que sí hubo premeditación. Creen que Ana julia llevó las herramientas hasta las Hortichuelas para cometer el crimen.

Han explicado cómo desde el principio intentó acaparar todas las conversaciones con los agentes. "Decía que Ángel no estaba en condiciones". Dirigía también continuamente las sospechas hacia su expareja Sergio.

"He ido a hacer una búsqueda a un sitio donde iba con mi expareja y me he encontrado la camiseta de Gabriel", explica un guardia civil, recordando las palabras de la detenida.

Un plan fríamente trazado por la acusada pero que provocó el efecto contrario. Todas las sospechas se centraron en ella. "Pensábamos que se trataba de un rapto y que ella estaba relacionada. Buscábamos un niño vivo", explica uno de los agentes.

Hasta que en uno de los seguimiento ven cómo llega a la finca y desentierra un cuerpo. "Vemos que saca algo que morfológicamente parecía un niño, y lo mete en el maletero".

Y mientras trasladaba el cuerpo escucharon la escalofriante conversación de Ana Julia: "¿No querían un pez?, le voy a dar un pez por mis cojones. Tranquila, Ana, no vas a ir a la cárcel", como autoconvenciéndose.

Dicen que nunca vieron en ella ningún atisbo de arrepentimiento.