Los menores del centro La Purísima, en Melilla, duermen amontonados, hacinados. No hay espacio ni para poner un pie en el suelo: comparten colchones, literas y los que no caben se acomodan en el suelo. Uno de ellos incluso se acuesta debajo de las camas, el único hueco que ha encontrado para tirar su colchón.
Así se observa en imágenes grabadas por la consejera de Hacienda de Melilla, Dunia Almansouri, que las captó por sorpresa, hace unas semanas, cuando visitó el centro a las 23:00 de la noche, sin avisar antes a la empresa que lo gestiona. "Las imágenes son dramáticas. Niños hacinados, incluso tres niños en un mismo colchón", denuncia.
También faltan medidas higiénicas y los menores aseguran haber contraído en el centro picaduras e infecciones, como se observa en las imágenes. "Hay enfermedades. Los servicios están sucios, no hay dónde ducharte. Si tienes más hambre, no hay más comida", relata uno de ellos.
Estas instalaciones están preparadas para acoger a no más de 200 menores, pero en estos momentos hay casi 900. Una situación que Almansouri define como "catástrofe humanitaria" y que deja imágenes parecidas a las de una cárcel de un país subdesarrollado.
"Lo que nos encontramos fue esperpéntico, la primera sensación que nos daba era pensar si realmente estábamos en España, si estábamos en Europa", asegura.
La situación de colapso ha llevado a la consejera a denunciarlo ante la Fiscalía de Menores, porque asegura que atenta contra la dignidad de estos niños. Si la situación no cambia, Almansouri se niega a renovar el contrato con la empresa que gestiona el centro. Asegura que es una ilegalidad porque el servicio que estan dando a los menores atenta contra la dignidad.
Desapareció el 10 de marzo de 2007
La madre de Yeremi Vargas se enfrenta al sospechoso de la desaparición del niño: "Dime dónde está mi hijo"
Tras 17 años de búsqueda A pesar de la insistencia de la madre, el caso sigue sin resolverse, a pesar de la reapertura de la investigación en 2021 y el testimonio de un niño que asegura haber visto a Yeremi entrar en un vehículo blanco.