Los magistrados de la Corte de Apelación de Cagliari (Italia) han dictaminado que los hijos de Juana Rivas podrán pasar la Navidad en España junto a su madre. Así lo recoge un veredicto provisional que añade que, en el mes de enero, los menores deberán volver a Cerdeña, según adelanta ABC y ha podido confirmar laSexta.
El pasado 23 de noviembre, la Sala de los Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo admitió a trámite el recurso presentado por la defensa en España del italiano Francesco Arcuri contra el indulto parcial del Gobierno concedido a Rivas.
En la diligencia de ordenación de la Sección Quinta de la Sala de lo Contencio-Administrativo del Supremo, el alto tribunal acepta el recurso de la defensa que se centrará, según avanzaron, en que se debe mantener la inhabilitación para el ejercicio de la patria potestad puesto que, recuerdan, Rivas ya está condenada en firme en España por sustracción de menores al margen de que el indulto haya reducido la pena de prisión.
La causa por la patria potestad de los dos hijos de Juana Rivas y Francesco Arcuri se mantiene abierta. Hasta ahora, era Arcuri el que estaba con los menores, pero esta sentencia abre una pequeña ventana para Rivas.
No será hasta marzo cuando se conozca la resolución definitiva de este caso. Esta misma semana, Juana Rivas hablaba en El Objetivo acerca de este proceso, reconociendo que está ante "un trauma" que tiene que "superar". "No pude resistir más, siempre aconsejada por mis abogados, di el paso y fue horrible", recordaba al ser preguntada por el momento en el que decidió llevarse a sus hijos en 2016.
"Para mis hijos fueron unas vacaciones. Yo, intentando no mostrarlo fuera, viví días de mucha tensión y dolor, y llegué a estar mal de salud. Estuve muy bien acompañada y atendida porque había mucha gente cuidando de nosotros, pero yo lo estaba pasando mal", explica.
Además, comentaba a Ana Pastor que veía a sus hijos "llenos de golpes" cuando les acompañaba a la ducha. "A mí se me caía el mundo encima porque sentía que nadie nos estaba escuchando, y me tenía que debatir entre pasar un fin de semana con mis hijos para abrazarnos, pasear o jugar o sentir que no los protegía si no iba a denunciar", asegura.
"Le habían lavado el cerebro"
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