Un juez del Tribunal Superior de Manchester (Inglaterra) denegó a los padres del bebé Alfie Evans, nacido con una rara enfermedad degenerativa irreversible, la posibilidad de trasladarlo a Italia para mantenerlo con vida en un hospital. El magistrado dejó la puerta abierta a que el niño, al que le fueron retiradas el lunes por la noche las máquinas de soporte artificial, pase sus "días u horas finales" en casa con sus padres.
Al serle retirado el soporte vital, el pequeño, de 23 meses y en un estado semivegetativo, continuó respirando por sí mismo durante varias horas, tras lo cual le fue suministrado de nuevo oxígeno, según explicaron los abogados de sus padres. Tom Evans, de 21 años, y Kate James, de 20, que han visto cómo todas las instancias judiciales británicas y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos denegaban su petición para mantener con vida a su hijo, pidieron una vista con carácter urgente ante el Tribunal Superior de Manchester.
Su defensa argumentó ante el juez que está disponible un avión y un equipo médico para trasladar al bebé a Italia, donde sería atendido en el hospital pediátrico Bambino Gesú, en Roma, gestionado por el Vaticano. Sin embargo, el magistrado Anthony Hayden mantuvo la decisión que ya había adoptado la justicia británica y afirmó que "esto representa el capítulo final en el caso de este extraordinario niño".
Los médicos del hospital Alder Hey de Liverpool, donde está ingresado el bebé, consideran que la enfermedad neurológica que padece está "erosionando" su cerebro y que va "en el mejor de sus intereses" desconectarle del soporte artificial que le mantiene vivo. El magistrado del Tribunal Superior de Manchester sostuvo que el cerebro de Alfie ha quedado "completamente dañado" y el niño ha perdido "la capacidad de ver, oír, tener gusto y el sentido del tacto".
El padre de Alfie aseguró esta tarde ante los medios que el pequeño "no está sufriendo" y que los doctores se quedaron "atónitos" al comprobar que continuaba respirando al ser desconectado de las máquinas. Un portavoz del hospital británico señaló, por su parte, que "por respeto a la privacidad de Alfie y su familia" no se divulgará más información sobre su "condición".
El director de Ética Médica en el centro Uehiro de la Universidad de Oxford, Dominic Wilkinson, dijo a la agencia local PA que el hecho de que el bebé pueda "respirar por sí mismo" no significa "que los médicos estuvieran equivocados". "La razón para detener las maquinas de respiración es simplemente que su grave condición no es tratable y no va a mejorar", sostuvo Wilkinson.
Pavel Stroilov, uno de los letrados de la organización cristiana Christian Legal Centre que representa a la familia del bebé, indicó que Roma ha otorgado la ciudadanía italiana a Alfie y que "el embajador italiano ha contactado con el tribunal con una petición para que el Gobierno de Italia pueda intervenir en el caso".
La presidenta del hospital romano Bambino Gesú, Mariella Enoc, afirmó que el Ministerio de Defensa de ese país había puesto a su disposición un avión y un equipo médico para trasladar al niño, si la justicia británica daba su visto bueno.
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