Después de más de un mes, Javier Limón, marido de Teresa Romero, entra en su casa, una vivienda libre de ébola. Mucho ha cambiado el inmueble en este tiempo. Durante 11 días han trajinado los equipos de limpieza contratados por la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid. Todos con trajes de protección para desinfectar durante mañana y tarde la zona cero del ébola, donde Teresa Romero pasó una semana febril antes de infectar en el hospital Carlos III.

Javier Limón también fue ingresado para comprobar si tenía el ébola. El último habitante de la casa fue la mascota de la pareja, el perro Excálibur. Nadie volvió a pisarla hasta que Javie recibió el alta y autorizó la entrada. También la retirada del sofá, la cama y hasta el frigorífico.

La Consejería de Sanidad se comprometió a reponer lo retirado, sin embargo, la casa se encuentra semivacía. Desde la Comunidad de Madrid aseguran que los muebles se llevaron a un punto limpio una vez fueron desinfectados. Sin embargo, no ha dicho nada sobre el resto de objetos que faltan, cortinas, toallas... Mientras todavía queda ropa en las perchas, los cajones están vacíos.

El propio Javier Limón ha contado que espera una respuesta de la Consejería de Sanidad, les prometieron una indemnización que no llega. Ni él, ni Teresa, que sigue en Lugo, pueden volver así a su hogar. Lo único que les han entregado, por ahora, es un certificado de Sanidad en el que les informas que no hay rastro del virus.

Sin embargo, sí han quedado restos de los productos de limpieza en su casa. Para Teresa y Javier, esto podría ser una consecuencia por haber demandado a la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid ante los tribunales.