Cubiertos, platos, vasos, recipientes para alimentos o cualquier otro elemento hecho con plástico que no sea biodegradable no tendrán permitida la entrada a esta isla, según la ordenanza municipal que aprobó el Ayuntamiento. Capri, que cuenta con una población de poco más de 7.000 habitantes, es uno de los destinos vacacionales más exclusivos y concurridos de Italia y ya hace años que impuso una tasa turística para conservar el entorno ante la llegada masiva de visitantes.
El objetivo de esta nueva normativa es "reducir el problema de la contaminación, mejorar la recogida selectiva de residuos y, obviamente contribuir al cuidado del medioambiente", asegura Gianni De Martino, el alcalde de esta isla de la región de Campania.
"Tenemos un grandísimo problema y hay que contribuir. Todos hemos escuchado hablar de las famosas islas de plástico que hay en el mar", señaló el edil para justificar la medida.
Con esta prohibición, Capri mete la directa y se avanza un año y medio a la directiva europea que también quiere luchar contra estas islas de plástico, aunque con ritmos distintos. El Parlamento Europeo marcó ayer 2021 como fecha de caducidad de los plásticos de un solo uso.
En la isla la prohibición entrará en vigor el próximo 15 de mayo, a las puertas de la temporada de verano, y se aplicará a todo el territorio, con especial atención a las playas y a la franja costera, que son las más afectadas por la contaminación por los residuos plásticos abocados al mar.
Una situación que ya puso sobre la mesa una investigación de la asociación medioambiental 'Legambiente' en 2017. El estudio revelaba que el espacio marítimo entre la isla de Capri y tierra firme era donde se encontraba la mayor presencia de residuos de Campania, con una densidad cuatro veces superior a la media de Italia.
Los productos de plástico que ahora prohíbe Capri y que vetará Europa en 2021 constituyen el 70 % del total de los desechos marinos. Su lento proceso de descomposición hace que el plástico se acumule en mares y playas y que sea ingerido por animales que después también consumimos nosotros. Precisamente esta semana apareció muerto un cachalote con más de veinte kilos de plástico y un feto ya fallecido en su interior, ante las costas del turístico Porto Cervo, en la isla de Cerdeña (este).
El consistorio consideraba que una isla como Capri, con una gran "proyección internacional", no podía quedar al margen de las iniciativas "dirigidas a una protección ambiental y naturalista cada vez más específica". Según De Martino, la normativa supone "un cambio muy importante", sobre todo para los supermercados, que deberán "dotarse de productos biodegradables" y dejar de vender todos aquellos que estén hechos con plástico de un solo uso.
Para que los establecimientos puedan dar salida a los productos que ya tienen en sus almacenes, el Ayuntamiento dará un periodo de gracia de 90 días tras la entrada en vigor de la normativa. Después de esa fecha, quien se salte la prohibición se tendrá que enfrentar a una multa que va de los 25 a los 500 euros. A la medida de Capri se han sumado otras islas y poblaciones cercanas al mar, como Procida o Nápoles y muchas otras, según De Martino, se preparan ya para aprobar iniciativas similares. "Estamos buscando imitarnos entre nosotros para tener un resultado mucho mayor", concluye el alcalde.
Otro gasto más
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